Primera detección triple de una onda gravitacional
El detector Virgo, en Italia, se une a los dos interferómetros de LIGO. El hito permite localizar con mucha mayor precisión la fuente y estudiar por primera vez la polarización de las ondas.
La astronomía gravitacional nació hace ahora dos años, en septiembre de 2015, cuando los dos detectores del Observatorio de Ondas Gravitacionales por Interferometría Láser (LIGO), ubicados en EE.UU. y a 3000 kilómetros de distancia uno del otro, observaron las perturbaciones del espaciotiempo causadas por una colisión de agujeros negros ocurrida en una galaxia distante. Tras la identificación de otras dos ondas similares detectadas en 2015 y 2016, a esa carrera científica se ha sumado ahora el interferómetro Virgo, cerca de Pisa. Las respectivas colaboraciones anunciaron ayer la observación conjunta la cuarta onda gravitacional confirmada hasta la fecha. El hito afianza uno de los mayores logros recientes de la física y la tecnología y abre la puerta a comprobar empíricamente un aspecto hasta ahora inexplorado de la teoría de la gravedad de Einstein. [...] En este caso el origen del fenómeno fue el choque de dos agujeros negros de 25 y 30 masas solares. La fusión de los astros dio lugar a un coloso 53 veces más masivo que el Sol, lo que revela que más de dos masas solares se radiaron en forma de energía. Según la reconstrucción de los investigadores, el evento tuvo lugar en una galaxia situada a unos 1700 millones de años luz de la Vía Láctea. Clic AQUÍ para seguir leyendo y ver la imagen.